Relatos
ELÍAS HAIG
Segundo lugar
15 años 

Elías Haig: “No hay un espacio donde se escuche a los alumnos”

Por: Pola Del Giudice | Miranda | El Pitazo

Con tan solo 15 años, el estudiante altomirandino se hizo acreedor del segundo lugar de la categoría relato en el concurso La escuela que es mi casa, convocado por El Pitazo y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

                                                                 
 “Estaba muy dormido y vi que era un número extraño el que repicaba en mi teléfono. Como no lo conocía, decidí preguntar por mensaje de texto quién era. Me dijeron que era del concurso, que había ganado el segundo lugar, pero aún no lo asimilaba”.


Con un cálido y respetuoso saludo comienza el encuentro con Elías Haig en la oficina de su padre, un laboratorio dental de amplia trayectoria en la capital mirandina. Él es un joven altomirandino que con tan solo 15 años se hizo acreedor del segundo lugar de la categoría relato en el concurso La escuela que es mi casa, convocado por El Pitazo y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Con un tono de voz pausado y claro, Elías se sienta en el mueble de la oficina principal. El tapabocas impide ver su sonrisa, pero sus ojos muestran la alegría del reconocimiento. Muestran cómo su espíritu joven se apasiona por la escritura de textos y la lectura de fantasía épica, como la del escritor británico J. R. R. Tolkien, de quien se confiesa admirador. Es además creyente del método científico, del poder de la educación y del derecho a la participación.

 “Me enteré del concurso a través de Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), donde he participado en distintas actividades. Me gusta estar en eventos donde pueda mostrar y alzar mi voz. Creo en el derecho a la participación y creo en la importancia de aprovechar todas las oportunidades para hacer oír nuestra voz, lo que pienso que es prioridad”.

Elías tiene un blog personal que alimenta con vivencias propias de su juventud y que ha crecido durante la pandemia, porque considera que la escritura es una manera de expresar sus sensaciones y emociones en esta cuarentena que nos ha puesto a prueba. “Escribir en mi blog es una actividad que comparto con las clases online, que me apasionan mucho”.

La noción de la procrastinación es el título que da la bienvenida a su blog, en el que el inquieto adolescente deja constancia de que es admirador de Carl Sagan. “Carl Sagan tiene su fan en Venezuela”, reza un tuit de su autoría (en la cuenta @EliasHaig) que él incrustó en su página virtual. No es difícil adivinar que su deseo de ser astrofísico algún día y su creencia en el método científico se deben a la influencia del astrónomo norteamericano, autor del archifamoso libro Cosmos. El deseo comunicacional de Elías lo llevó, además, a crear Un pódcast azul pálido, un programa por Youtube.


Sobre los concursos piensa: “Son oportunidades excelentes y me parece que se deben apoyar porque es un privilegio estar allí. Yo me sentí motivado a participar en La escuela que es mi casa porque veo que hay foros donde participan papás y profesores, pero no hay un espacio donde se escuche a los alumnos”, puntualizó.

Y del premio pasamos al contexto de las clases online, durante las cuales Elías ponía su álbum musical favorito: Clics Modernos de Charly García. “Aunque hay días en que no te sientes bien, esa música fue mi combustible para expresar lo que se vive en casa, estudiando”.

Para Elías ya es normal sentir el vacío por no ir a la escuela y así lo plasmó en el relato con el cual concursó. Allí señala cómo la pandemia, como todos sabemos, ha limitado drásticamente la posibilidad de vivir como se hacía hace tan solo un año. “Te sientes desmotivado por la manera en que te estás desenvolviendo, pero siempre es necesario mantenerte al frente. Seguir adelante tiene que ser la prioridad”.

Cuando  supo que había ganado no lo entendía. “Estaba muy dormido y vi que era un número extraño el que repicaba en mi teléfono. Como no lo conocía, decidí preguntar por mensaje de texto quién era. Me dijeron que era del concurso, que había ganado el segundo lugar, pero aún no lo asimilaba”. Sus padres se emocionaron y todos sus familiares hicieron una celebración dentro y fuera del país.

El joven liceísta dedicó el relato y sus escritos a la escuela, un espacio que extraña en medio de la pandemia y al cual espera regresar pronto.